
Hay heridas invisibles que atraviesan el alma y se instalan en lo más profundo. A veces cuesta ponerles nombre, y otras, simplemente no hay palabras. Sanar no significa olvidar: es permitirte seguir adelante con amor, integrando la experiencia y encontrando paz.
Creemos que cada duelo merece ser mirado con respeto y empatía. Que no estás sola. Que ese proceso también puede encontrar una forma de expresión. Por eso hoy compartimos contigo estos pasos, que pueden ayudarte a caminar ese camino con más autocompasión:
💔 Acepta tu herida
Reconocer lo que duele es el primer acto de valentía. No necesitas justificar tu dolor. Tiene sentido.
🤍 No te culpes
La culpa pesa y confunde. Suéltala. Hiciste lo mejor que pudiste con lo que sabías y sentías en ese momento.
🔥 Permítete sentir y soltar
Llora. Escribe. Respira hondo. Abre espacio para todo lo que se mueve dentro de ti. Solo así comienza la verdadera liberación.
🌱 Encuentra el aprendizaje
Cuando estés lista, puedes preguntarte: ¿Qué me enseñó esta experiencia sobre mí? ¿Qué semilla dejó en mi vida?
⏳ Respeta tus tiempos
No hay un calendario para el alma. Cada proceso es único, y nadie puede apurarlo.
🗣️ Habla de lo que te duele
Poner en palabras lo que sientes es un bálsamo. Hablarlo con alguien de confianza, o incluso escribirlo, puede ayudarte a ordenar lo vivido.
🫶 Busca ayuda profesional
Acompañarte de un terapeuta o una guía especializada puede hacer una gran diferencia. Pedir ayuda también es un acto de amor propio.
Porque el amor que sentiste, y que sientes sigue existiendo.
No estás sola. Estamos contigo.